Con M de Mujer

Mujer. Sustantivo, femenino. (Del lat. mulĭer, -ēris). Persona del sexo femenino, pero también en referencia a cualidades consideradas femeninas por excelencia. Cortefiel apela en sus colecciones a la mujer que está a gusto consigo misma y aprecia un estilo que respete su personalidad y elegancia.

La mujer siempre ha estado en el centro de atención de Cortefiel. Una mujer que está a gusto con su estilo y personalidad. Una mujer que pide que la moda se adapte a su estilo de vida con comodidad, naturalidad y confort, además de la elegancia, otro de los sellos inconfundibles de la moda femenina. Para Cortefiel la mujer es belleza y confianza, dos de los valores que están presentes tanto en las colecciones como en la comunicación de la marca que busca unir a través del hilo que teje un estilo propio y prendas que acompañan en muchos de los momentos vitales.

A lo largo de los años, Cortefiel ha ido perfeccionando su oferta de moda centrada en estilo, calidad y confort para aquellas mujeres que buscan prendas de calidad, duraderas, con una sensación de moda que perdura y es capaz de crear fondos de armario polivalentes. Como fruto de ello, hoy en día las colecciones de Cortefiel – así como de su marca hermana: Pedro del Hierro – aportan moda, color y siluetas variadas, pero también innovación, sostenibilidad y calidad.

La moda para la mujer de Cortefiel es la moda que siempre sienta bien. Ejemplos de carteles publicitarios de la marca de los años 70.

El reflejo de la mujer Cortefiel también ha estado muy presente en las campañas publicitarias de la marca y sus embajadoras. Mujeres con confianza, valientes, alegres, familiares y amigas de sus amigos, viajeras, emprendedoras, decididas…Cortefiel siempre ha creído en una moda con valores que, a su vez, acompañe y aporte brío al placer de lo cotidiano. Así, a través de colecciones más urbanas hasta aquellas más cercanas a la naturaleza o en clave safari, Cortefiel dibuja y reinventa, temporada tras temporada, las piezas clave perfectas para todas las ocasiones. Una de las prendas que nunca falta y en la que Cortefiel tiene verdadera maestría es el vestido. Más de cien propuestas de vestidos al año con una propuesta muy variada de tejidos, cortes, estilos, estampados, esa prenda tan asociada a la mujer es una de las imprescindibles del estilo Cortefiel.

Sin duda, los vestidos son una de las prendas más recurrentes del armario femenino: una sola pieza pero múltiples cortes y siluetas que se adaptan a cualquier ocasión y estación del año. Queremos contártelo todo sobre la prenda sin la que es imposible imaginar un verano, pero que tiene una vida mucho más allá de la época estival.

Echando la vista atrás, los vestidos a lo largo de la historia han estado muy ligados a la situación de la mujer en el mundo y en la sociedad. Así, los primeros vestidos por aquel lejano fin del siglo XIX y comienzos del XX fueron marcados por la rigidez del corsé que no se eliminó hasta los años 1920. Fue a partir de entonces que la silueta de la mujer ganó en movimiento y libertad dando paso a diferentes cortes desde el más relajado hasta siluetas más rectas en los años 30 y 40, pasando por cinturas más estrechas con el New Look de Dior en los 50. Tras esos años marcados por cortes más largos que nunca pasaron por encima de la rodilla, los años 60 aportaron una frescura rupturista con siluetas al estilo baby doll y el corte mini.

En la siguiente década, los vestidos se volvieron más bohemios, jugando con largos más pronunciados y diversificando la oferta de diseños, tejidos y siluetas. En la actualidad podemos disfrutad de una verdadera riqueza de estilos ya que los largos, midis y minis están más sujetos a la ocasión y momentos que al dictamen de los años. ¿Cuáles son los cortes que más favorecen? ¿Las tendencias de ahora y siempre? ¿Por qué largo optar según estación del año, ocasión, personalidad o simplemente estado de ánimo?

El wrap dress

Como indica su nombre, el wrap dress es un vestido de corte cruzado que envuelve el cuerpo con un fino cinturón del mismo tejido, normalmente, que el propio vestido. Los primeros wrap dress fueron diseñados en los años 30 y 40 por Elsa Schiaparelli y Claire McCardell, si bien volvieron a la fama mundial en los años 70 con el icónico diseño de Diane von Furstenberg. El wrap dress es un básico del verano y sus meses previos o posteriores. Ya sea con una alpargata de esparto y un capazo o una sandalia plana, es un acierto que no puede faltar en ningún armario femenino.

El vestido camisero

Muy unido al anterior wrap dress, el vestido camisero es una de las prendas con estilo y confort. Su origen está en la unión de dos coordinadas perfectas: camisa y falda. En su versión más formal, el vestido camisero cuenta con un corte a la cintura y falda con estilo evasé, mientras que en la línea más relajada gana en fluidez y espíritu boho tan actual en las últimas temporadas. El vestido camisero es una verdadera oda a la versatilidad ya que admite múltiples tejidos y estampados, desde los discretos lisos hasta los románticos estampados florales, el animal print o en versión vaquera. Sea cual sea, el vestido camisero es un todoterreno y sus aliados pueden ser bien la ciudad, campo o playa.

El vestido skater

Otro de los diseños más infalibles en vestidos es el corte skater. Casi siempre a la altura de las rodillas o un poco más corto, de cintura marcada, ajustado en el pecho y falda de vuelo, el vestido skater tiene una silueta en forma de la A y es una evolución del vestido baby-doll, muy de moda en los años 70. La silueta skater se muestra siempre muy actual y femenina a la vez que versátil ya que dependiendo de los complementos sube o baja del grado de formalidad.

El vestido cóctel

Aunque la diferenciación entre la ropa formal y la informal es cada vez más tenue porque la moda ha relajado sus códigos y en la actualidad triunfan las prendas versátiles y aptas para adaptarse a cualquier situación, el vestido cóctel es una de las prendas que nunca pasa de moda. Se trata de una pieza corta y relativamente ajustada al cuerpo, con cintura más entallada y un escote no demasiado pronunciado. Su referencia más icónica sería un LBD, el aclamado Little Black Dress, y es un tipo de vestido apto para ocasiones más protocolarias pero también perfecto para la oficina o momentos de ocio con cierto grado de formalidad. Un clásico actualizado y siempre de moda.

El vestido caftán

Con una silueta relajada y rectangular, manga corta y escote amplio, el vestido caftán es una evolución de la túnica. Aunque lo asociemos a estampados tropicales o florales y colores más vibrantes, el vestido caftán también queda perfecto en tonos más neutros y colores lisos. Tiene una clara inspiración étnica y es uno de los vestidos perfectos para el verano.

Los vestidos fluidos con estampados florales

Los estampados florales son un auténtico acierto para vestidos largos y fluidos.  Con un toque romántico y algo bohemio, este tipo de vestido cuenta con muchas versiones. Con manga larga, ya sea de silueta farol o jamón, o corta, remates con volantes, cuellos más cerrados o escotes más pronunciados, el vestido floral es un as de la versatilidad que funciona perfectamente en multitud de ocasiones: perfecto para un fin de semana, imprescindible para viajar pero también apto para una vida urbana más activa. Cortefiel siempre cuenta en sus colecciones con este tipo de vestidos fluidos tan femeninos que combinados con zapatillas o botas altas se convierten en un clásico renovado.

El mono

A medio camino entre vestido y pantalón, el mono es una de las prendas que más cambios ha aportado a la evolución del vestido. Aunque en los últimos años, el mono se ha convertido en la pieza de moda, su origen se remonta muy al pasado cuando se creó como una prenda de trabajo. Versátil y cómodo, el mono permite crear looks sin complicaciones tanto para el día como para la noche, ya que dependiendo del tejido, silueta y remates puede ser más elegante o más informal.